martes, 29 de mayo de 2012


Constituirán politécnicos microempresa de alimentos elaborados con insectos.


Investigadores del Instituto Politécnico Nacional establecerán una microempresa dedicada a la elaboración de alimentos, cuya materia prima serán insectos como los chapulines, lombrices de tierra, gorgojos, jumiles, chimicuiles, escamoles, gusanos de maguey, tenebrios, escarabajos y larvas de mariposa, entre otros que constituyen una valiosa fuente de proteínas y aminoácidos esenciales para la alimentación del ser humano.
El Maestro en Ciencias y especialista en entomología del IPN, Juan Antonio García Oviedo, señaló que el propósito de la empresa será elaborar productos como tortillas, golosinas y botanas, los cuales se pretenden comercializar en zonas marginadas de la República Mexicana para combatir deficiencias nutricionales.
A lo largo de 15 años, el maestro García Oviedo ha elaborado un sinnúmero de productos, entre ellos destacan las tortillas con harina de chapulín o de lombriz de tierra y actualmente colabora con la maestra en ciencias Gabriela Jiménez Cuevas, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la elaboración de golosinas con insectos.
El investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) mencionó que existen regiones del país donde abundan los insectos e inclusive su presencia se llega a considerar como plaga. Mediante la microempresa podría ofrecerse asesoría a los pobladores de esos sitios para que integren los insectos a su dieta diaria a través de productos que ellos mismos puedan elaborar, explicó.
Comentó que las tortillas con harina de chapulín contienen 85 por ciento de proteínas, las cuales contribuyen a la constitución y reparación de tejidos y músculos, así como al mejoramiento de la consistencia de la sangre del ser humano, mientras que las elaboradas con harina de lombriz de tierra contienen 52 por ciento de proteínas.
Explicó que la tortilla de maíz es rica en contenidos energéticos, toda vez que contiene hasta 20 por ciento de carbohidratos y cinco por ciento de proteína de origen vegetal. "Al agregar alguna de las dos harinas descritas incrementaríamos significativamente el nivel de aminoácidos que intervienen para una mejor nutrición", agregó.
El investigador de la ENCB mencionó que las tortillas preparadas con harina de chapulín se evaluaron en una población de escasos recursos de la Ciudad de México, donde los niños de primaria presentaban problemas de nutrición, lo cual se traducía en bajo rendimiento escolar, palidez del rostro y bajo peso.
"Después de alimentar durante seis meses a los pequeños, pudimos constatar que corrigió su rendimiento escolar, aumentó su peso y talla, y mejoró notablemente la coloración de su rostro. Aunque no se les practicaron análisis de sangre, consideramos que los posibles problemas de anemia se aminoraron con el alimento proporcionado a través de la tortilla", apuntó.
Mencionó que la tortilla elaborada con harina de lombriz no se ha evaluado, pero los efectos son similares por el alto contenido proteico que contienen. Por otro lado, el maestro García Oviedo indicó que en breve platicarán con las autoridades del Politécnico, ya que existe la inquietud de elaborar botanas con harina de chapulín y distribuirlas en las cafeterías de las escuelas de esta casa de estudios, a fin de poner al alcance de los estudiantes productos altamente nutritivos.
El especialista del IPN subrayó que todos los productos que han desarrollado con insectos son sometidos a pruebas bacteriológicas de acuerdo con lo establecido con las normas correspondientes, a fin de garantizar la calidad de los alimentos.



Promueve el IPN consumo de alimentos preparados con insectos.


El científico Juan Antonio García Oviedo, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, desarrolla desde hace 15 años un proyecto de investigación para reemplazar, sustituir o complementar la deficiente alimentación en zonas marginadas de México al promover el consumo de alimentos preparados con insectos.
García Oviedo señala que hay regiones del país en donde la hambruna es crítica; y en estos mismos sitios abundan los insectos e incluso su presencia se llega a considerar como plagas y no son utilizados; por ello, el científico plantea el empleo de los recursos existentes para solucionar problemas. En este caso, ingerir insectos para combatir la hambruna.
Para el entomólogo, trabajar con insectos como recurso alternativo no es otra cosa que regresar a nuestras raíces, ya que se sabe de su uso y consumo en la época prehispánica. Ahora, el investigador trata de modernizar este uso con ciencias como la biotecnología y la biología molecular, y procesar los insectos en forma biotecnológica, es decir, “enmascarando” algunas de sus características morfológicas que son desagradables para la gente.
A pesar del temor de que los insectos pueden ser venenosos, urticantes, tóxicos y nocivos para la salud, el 98 por ciento son comestibles. Como parte de la investigación de García Oviedo, se llevó a cabo en la Delegación Cuajimalpa, en la ciudad de México, un programa avalado por el Politécnico, consistente en adicionar a la dieta diaria de niños de escasos recursos, tortillas enriquecidas con harina de chapulín.
El investigador ha descubierto que la mejor forma de eliminar la repulsión que se tiene a los insectos es utilizarlos como materia prima para una serie de productos que ya se consumen en el país, como las salchichas. En lugar de utilizar carne de cerdo para hacer el embutido, se pueden utilizar chapulines molidos.
La investigación de Juan Antonio García Oviedo se encuentra en estado latente, aunque actualmente desarrolla botanas y dulces elaborados con insectos con el fin de llegar al nicho infantil, ya que son éstos los que corren un mayor riesgo de desnutrición.
Fuente: Milenio Diario

García Oviedo, Juan Antonio. Biólogo egresado de la ENCB-IPN y maestro en Ciencias por la UNAM. Ha participado como organizador y como ponente en 23 cursos de actualización, algunos de éstos en la modalidad de diplomados en Ecología Humana, Entomología Aplicada, Evaluación de Impacto Ambien- tal, Educación Ambiental y Ecología Aplicada. Ha participado en congresos nacionales e internacionales, y publicado varios textos sobre insectos comestibles, contaminación, especies en peligro de extinción y desarrollo sustentable. Actualmente se desempeña como subjefe de la carrera de Biólogo de la ENCB-IPN, como tesorero de la Sociedad Mexicana de Zoología y como profesor de medio tiempo la Escuela de Biología de la USB.